martes, 2 de febrero de 2010

Entre cuchillos y luces se dibuja su andar.
No le gustan los gritos, tiene tanto miedo.
Podría enamorar al demonio con el brillo de sus ojos.
Y sin embargo espera que no le vuelvan a mentir.

Siempre que cantó mi carne se derritió en sus pies.
Y le gusta tanto verme reír.

Inventó un mundo en donde sueños se materializan en instantes.
con imagenes siempre cálidas.
No dejó de lado nuestros gustos por los contrastes,
así se desparramaban por el plano,
creando la nostalgia que pueden dar los atardeceres nublados.

Decidió salir hacia ese lugar que es de ella sola,
donde se puede encontrar con muchos pares,
donde hasta también yo puedo llegar a cruzarmela nuevamente.
Ese lugar donde no se va apurado, donde no se llega a una meta. Donde solo es.

Y en el fluir escribió su historia.
Perfumando el aire con cientos de colores.

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