tus ojos ensangrentados de placer al escupirme luz.
Y fue un suspiro el que le puso melodía al momento eternizandolo.
Mordería tus deseos de que no me vaya y continúe mi camino,
lo haría. tan solo si en vez de decírmelo con los ojos me lo gritaras bien fuerte.
Y desgrano tu risa tan particular conmigo, la risa que yo solo escucho.
La que me regalan tus pómulos rosados cada vez que te observo pedirme recomenzar.
Pensar que no dijimos nada tantas veces.Pensar que algún día lo podremos volver a hacer.
Pero ya no pensemos-pidió-volvamos a ensuciarnos .
Sudemos nuestro dialecto enamorado de paz.
Brillemos,
mientras la luna enfría las ventanas traspasando los vidrios.
Y juguemos en el piso, tras las cortinas, en los muebles y pasillos atrayéndonos y alejándonos hasta el enredo de las almas desnudas de vergüenzas y falsedades.
Y al acordarme,y aunque no ocupaba lugar en los planes,
vi dibujarse desde su mano y deslizarse por todas las paredes y el piso mi sangre,
al tiempo en que la hoja de su cuchillo encandilo mi mirar dejando brillar en ella la luz lunar.