se ve q pestañeando alguna noche entre en nirvana. ahí mismo me encontré una sonrisa, en ese preciso instante el espacio físico que me separaba de ella se disolvió, como recaen los tubulares cuerpos cerosos que encierran en si aquel hilo decidido a encenderse en algún momento.
en los ojos de cristal ardiente se podía percibir esa llama que invitaba a pasear por el universo atravesando miles de burbujas de sueños en constante fluir.
nada fue tan fácil, debo admitirlo, pero ese no se que que se había posado en el alma anunciaba que el camino a transitar era lo que conducía a la verdad. llene mis pulmones de aire puro. sentí el sabor de la pasión, recordé lo bueno de lo ya vivido así como también pude reconocer todo lo que en algún momento se sintió incomodo, lo que alguna vez pudo llegar a hacer mal y lo transforme en perdón, en divino perdón.
decidí entregarme al fluir de sus alas, cuando de repente reconocí que no era un sueño sino la mismísima realidad lo que estaba viviendo, entonces conocí la eternidad
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